Uso de fajas en el embarazo y posparto: ¿Una buena idea?

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Una mujer embarazada.

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Los expertos no se suelen poner de acuerdo. La parte de la estética las suele avalar mientras que las sanitarias como matronas o fisioterapeutas desaconsejan su uso. Arantxa Saldise es fisioterapeuta experta en suelo pélvico y habla con OKSALUD sobre su uso.

Arantxa Saldise es, hoy por hoy, una de las mayores expertas en tratamiento de suelo pélvico en la mujer, tanto antes, como durante y después del embarazo. Considera que hay mucha información en medios que está sesgada y que no se corresponde con la realidad. “Siempre recomiendo un tratamiento personalizado en cada mujer porque no todas tenemos los mismos años, cuerpos y situaciones físicas”.

Embarazo, ¿cuándo se pueden utilizar? ¿Para qué y por qué?

Es muy frecuente el uso de fajas en el embarazo con la excusa de mejorar la postura y aliviar dolores de espalda. Pero su uso no debe realizarse por cuenta propia, ni en todos los casos, sino tan sólo en los que el profesional sanitario lo vea conveniente (fisioterapeuta, matrona u obstetra).

Que la espalda o zona lumbar duele en el embarazo es un mito y no es lo normal. Sin embargo, continuamos normalizando este dolor y seguimos sin actuar, siendo algo que ocurre a un porcentaje alto de mujeres gestantes, por lo que se trata de una molestia muy frecuente (que no significa sea lo normal).

Somos dueñas de nuestra salud y por tanto son nuestras acciones y hábitos los que pueden mejorarla o empeorarla, estemos embarazadas o no. Por ello, personalmente soy partidaria de realizar cambios en nuestros hábitos diarios, tonificar nuestra musculatura del CALP (complejo abdómino-lumbo-pélvico) y mejorar la higiene postural antes del uso de dispositivos externos como las fajas abdominales.

Esto no quiere decir que en ocasiones puntuales no sean necesarias, aunque no existe una regla que nos indique cuando sí debe usarse, por lo que queda a decisión del profesional correspondiente su indicación.

Existen diferentes tipos de fajas:

Las fajas que recubren todo el abdomen y frecuentemente llevan refuerzos lumbares y bajo la tripa.

  • Los cinturones pélvicos, más estrechos y colocados sobre la pelvis y el pubis y no sobre el abdomen.

Las fajas típicas suelen usarse para las molestias abdominales o lumbares, como soporte, para tener la sensación de que algo sostiene. Ya que la musculatura no estará actuando, la faja suple su función. Está indicada si su uso es de forma puntual, en algún esfuerzo o para alguna actividad concreta o en mujeres con una tripa extremadamente distendida o con una diástasis abdominal previa considerable o con trabajos de esfuerzo y carga severos.

Los cinturones pélvicos, sin embargo, suelen recomendarse cuando aparecen molestias en las articulaciones de la pelvis, ya sea por delante, en el pubis (pubalgia), o en la zona posterior o sacro-ilíaca. Frecuentemente se deben a una hipermovilidad de las articulaciones por las hormonas del embarazo, como la relaxina que hace que la mujer gestante esté más laxa. Estas molestias a veces son tan limitantes que no permiten ni caminar a la embarazada. Si hay dolor que impide el caminar o es incapacitante se debería probar su uso para ver si aparece mejoría.

Ventajas e inconvenientes

Las ventajas del uso de fajas o cinturones pélvicos en el embarazo es que aliviará las molestias por las que se ha decidido su uso.

Como inconveniente, tendremos una musculatura poco tonificada más debilitada aún, por lo que es más fácil que sufra más en el postparto e incluso que empeore otras disfunciones como la diástasis abdominal al perder más tono muscular.

Con el uso de cinturones, el inconveniente es que es fácil acostumbrarse a la seguridad, soporte y comodidad que aporta, por lo que cada vez será más difícil dejar de usarle o que sea por poco tiempo.

Qué hacer para cuidar la diástasis abdominal en el embarazo

Hablamos de que la diástasis abdominal en el embarazo es fisiológica. Esto quiere decir que sucede en todas las mujeres gestantes, ya que el abdomen debe distenderse según va creciendo el bebé y por ello nuestros rectos abdominales se separan, aumentando el espacio entre ellos.

Aunque sea fisiológica cuanto menor sea esa distancia mejor será para no tener molestias en el embarazo como en el postparto.

Mis recomendaciones para cualquier mujer y en especial si está o quiere estar embarazada son:

Mantener una buena postura y trabajar la autoelongación. (Postura y embarazo: https://www.youtube.com/watch?v=k96KBp57uF4&t=161s)

  • Tener una correcta higiene postural en las actividades de la vida diaria, como levantarse de la cama, cargar peso, una correcta posición tumbada o sentada, etcétera.
  • No engordar más kilos de los necesarios.
  • Tonificar el CALP (complejo abdómino-lumbo-pélvico), haciendo hincapié en el músculo transverso del abdomen. (Ejemplo abdominales en el embarazo: https://www.youtube.com/watch?v=cRQP-ydTSXk)

No cargar peso.

  • Cuidado con movimiento bruscos que impliquen torsiones de tronco, sobre todo si son recidivantes.
  • Realizar actividad física moderada.

Postparto: ¿cuándo se pueden usar? ¿Para qué y por qué?

En el caso del postparto las fajas abdominales suelen usarse en muchos casos más como estética que por otras dolencias, pensando que reducirán la barriga y para encontrarnos mejor.

Pero esto es una fantasía, en cuanto dejamos de usarlas todo vuelve a su sitio.

Además, si al tener nuestro abdomen distendido, con una musculatura abdominal hipotónica o debilitada (blandita), le acostumbramos a la faja, no conseguiremos que esa musculatura se active y realice su función de faja natural, ya que dejará que la faja la haga por ella. Con ello más fácil será la aparición de futuros problemas, como dolor lumbar, molestias pélvicas, hernias umbilicales o diástasis abdominal.

Como pasa en el embarazo, en algunas mujeres el uso de fajas abdominales sí está indicado. Suele indicarse en casos con una distensión abdominal grandísima, gran aumento de peso en el embarazo, diástasis abdominales muy amplias en las que es necesario dar soporte o si la mujer sufre alguna molestia incapacitante que incluso no le permita cuidar a su bebé adecuadamente.

También estaría justificado el uso de cinturones pélvicos los primeros días de postparto en mujeres que tras parto vaginal se quedan con una sensación de gran inestabilidad en la zona de pelvis, siendo a veces imposible incluso caminar. En estos casos el cinturón se abrocha por la parte anterior, sobre el pubis para dar la sensación de cierre que la mujer requiere.

Existen otro tipo de cinturones pélvicos más estrechos que se recomiendan para mejorar la activación del transverso y con ello mejorar síntomas de suelo pélvico como las pérdidas de orina y como protección de la zona lumbar.

Estos cinturones se usan a veces al retomar la práctica deportiva de impacto como protección.

Como siempre digo lo ideal sería realizar una valoración postparto por una fisioterapeuta especializada en salud íntima femenina que chequee el estado de la musculatura abdominal y del suelo pélvico de la mujer para darle las recomendaciones apropiadas en cada caso, tanto del uso de la faja, como de ejercicios o tratamiento si es necesario.

Ventajas e inconvenientes

Las ventajas del uso de fajas abdominales o cinturones pélvicos en el embarazo podrían ser:

Mayor sensación de estabilidad y cierre de la pelvis

  • Correción postural
  • Evitar el aumento de la distensión abdominal
  • Aliviar dolores o molestias de espalda, abdomen o pelvis.

Por otro lado los inconvenientes por el mal uso o sobre uso de las fajas o cinturones postparto podrían ser:

Aumento de la diástasis abdominal

  • Disminución del tono y control de la musculatura del abdomen
  • Dependencia de estos dispositivos externos.
  • Desvirtualización de nuestra imagen corporal real.

Qué hacer para cuidar la diástasis en el postparto

Es en el postparto cuando muchas mujeres son conscientes o descubren que sufren de diástasis abdominal. No me cansaré de decir que lo primero que se debería hacer es una valoración con una fisioterapeuta especializada para ver la gravedad del caso. No es lo mismo una diástasis de 3 cm en una mujer en la cuarentena que esos 3 cm al año de haber dado a luz.

Puede existir una ligera separación de los rectos abdominales que sea pequeña y no llegue a considerarse diástasis patológica.

Y otro factor importante es su funcionalidad, ahí es donde trabajamos los fisioterapeutas. Cogiendo el ejemplo de antes no es lo mismo una diástasis de 3 cm funcional que si no lo es. Me explico, no es igual una diástasis de 3 cm con una musculatura abdominal tónica que se activa en los esfuerzos como toser, por ejemplo, a que no lo haga y al toser no ocurra nada en el abdomen o este protuya fuera en vez de activarse.

Mis recomendaciones para cualquier mujer que acabe de ser mamá o lo sea aunque hayan pasado años para evitar o mejorar la diástasis son (chequeo diástasis: https://www.youtube.com/watch?v=_1-5AYhIzu4):

Mantener una buena postura y trabajar la autoelongación.

  • Tener una correcta higiene postural en las actividades de la vida diaria, como levantarse de la cama, cargar peso, una correcta posición tumbada o sentada, etcétera.
  • No engordar ni cargar peso excesivo innecesario (suficiente tenemos con el bebé).
  • Tonificar el CALP (complejo abdómino-lumbo-pélvico), haciendo hincapié en el músculo transverso del abdomen. El tipo de ejercicios a utilizar dependerá de cada caso (hipopresivos, tronco, isométricos, core, etcétera)

(ejemplo de 3 ejercicios con el aro: https://www.youtube.com/watch?v=H-LceGpD4Og)

  • Cuidado con movimientos bruscos que impliquen torsiones de tronco, sobre todo si son recidivantes.
  • Realizar actividad física moderada.
  • Recuperar el peso de antes del embarazo y llevar una dieta sana y equilibrada.
  • En caso de portear cuidado de usar una buena postura y suele ser mejor el porteo a la espalda.

Realizar una valoración fisioterapéutica abdómino pélvica, incluso en casos graves en los que sea necesario realizar una intervención quirúrgica, siempre se recomienda la fisioterapia pre y postquirúrgica.

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